Seguro que más de una vez, al percibir un cierto aroma, como por ejemplo de pan recién hecho, o de tierra mojada, o cualquier otro … su olor ha destapado el «baúl de los recuerdos” de tu memoria, despertando ciertos recuerdos que tenías casi olvidados, ya sean de tu infancia, como de tu adolescencia o sin ir más lejos, de cuando eras novio (a) de aquella persona de la que estabas enamorado (a) ¿verdad? Efectivamente: Nuestro sentido del olfato está íntimamente ligado a nuestros recuerdos, y por lo tanto, los aromas tienen una gran capacidad para influir en nuestra memoria.
Según los expertos, comenzamos desde nuestra más tierna infancia a percibir aromas y a asociarlos con nuestras vivencias. Helen Fields, escritora del libro “Fragant Flashbacks”, afirma que cuando estábamos en el seno materno, ya percibíamos olores que nos llegaban a través del líquido amniótico y los asociábamos al gusto de nuestra madre, llegando a así a conocer sus gustos.
Y es que, como otras veces he comentado, nuestro sentido del olfato está estrechamente unido a la parte de nuestro cerebro que alberga nuestras emociones. Existe una íntima relación entre nuestro olfato, nuestras emociones, y nuestra memoria.
Ver una película nos puede producir unas vivencias que nos crean unas emociones positivas o negativas. Tomar un alimento nos puede generar una sensación de placer o todo lo contrario, creando emociones que retendremos mejor en nuestra memoria que la propia película. Pero el hecho de oler algo, hace que nuestro cerebro lo acoja de forma inconsciente transformándolo en emociones y en recuerdos mucho más duraderos que cualquiera de los demás sentidos.
Si el olfato está estrechamente unido a nuestra memoria, en el caso de padecer algún trastorno que afecte a la memoria, nuestra capacidad olfativa se verá claramente disminuida. Uno de los síntomas tempranos de enfermedades cerebrales tales como Alzheimer, Parkinson, o esquizofrenia, es la disminución del sentido del olfato.
Por ello, una de las terapias que se emplean con relación a la recuperación de la memoria en los enfermos diagnosticados con Alzheimer, es por ejemplo, dar un paseo justo antes de que comience a llover, o preparar unas galletas o un bizcocho y sacarlas del horno invitando a la persona a presenciarlo, doblar juntos la ropa seca recién lavada, invitarles a oler el tipo de jabón que pudieron usar años atrás, (también puede ser la marca de perfume que usaban), etc … Son pequeñas actividades que en sí son muy sencillas pero que pueden ser de gran ayuda para evitar el avance de la enfermedad, al mismo tiempo que el enfermo, al sentirse acompañado y querido, (esa percepción en mi opinión es de las últimas que perdemos todos), se siente estimulado y por tanto mejor.
Existen bastantes aromas que nos ayudan a mejorar nuestra memoria, por ejemplo, el Romero mezclado con unas gotitas de limón -(hay quien opina que hasta un 75% de mejoría)-, Otro de ellos es el aroma de las rosas-, fantástico para inhalarlo aún durmiendo-, del que se ha descubierto que es bastante positivo para facilitar la retención de los conocimientos, especialmente en época de exámenes. Existen también aromas como el de Frutos Rojos, o el de la Naranja, que nos facilitarán la capacidad de concentración, y por tanto, de retener y recordar mejor.
Hay una curiosidad que se ha experimentado con relación a la formación de la memoria olfativa: La capacidad de incrementar nuestros recuerdos olfativos mejora con la cantidad y la calidad de nuestro sueño: Dormir menos de lo necesario perjudica entre otras cosas a la capacidad de asociar aromas con vivencias. Por desgracia, lo he tenido que experimentar más veces de lo que quisiera: Como necesito dormir una media de 8 horas diarias, el día que duermo menos de 7 horas y media, mi capacidad de retener información o de recordar conversaciones disminuye bastante, y la de recordar cosas de hace días … Ni te cuento … Doy por hecho que me veo menos capaz de retener los aromas del ambiente…
Espero te haya podido aportar para tu vida práctica, amigo lector, lo que aquí te comento en lo referente a los aromas y su capacidad para influir en nuestra memoria. Si te ha gustado, te invito a compartirlo con tus amigos a través de las redes sociales. También te animo si lo deseas, a dejar a algún comentario o consulta, ya que seguro te responderé. Te he puesto a la derecha también un apartado “Rss Entradas” por si deseas recibir las nuevas entradas de forma automática.
Fuentes de la información: BBC Future: ¿Why can smells unlock forgotten memories?; Association for psychological science – Observer – Fragant Flashbacks; Help for Alzheimer´s families: The power of Smell to Evoke Memories
Fuente de las imágenes: Niña oliendo tulipanes: Spencerandjana.com. Niña oliendo un girasol: Wired.co.uk Agradezco de antemano la posibilidad de insertarlas en ésta entrada del Blog.
Ñami Tixicuro Campo says
Una persona no fumadora tiene mejor memoria olfativa que una persona fumadora?
espero una respuesta, por favor.
Vega Del Fresno says
En mi opinión y tras consultar a un otorrino, aunque cuando se es fumador existen muchísimas más posibilidades de perder al menos una parte del olfato, ello no significa que mientras se siga percibiendo corréctamente el olor de las cosas siendo fumador, se tenga que perder la memoria de los olores.
Lo que sí puede pasar es que cuando se ha perdido parte del sentido del olfato por ser fumador, también la memoria de algunos olores se puede perder.
Espero haber podido resolver tu consulta. ¡Un saludo, Ñami y hasta pronto!
Maria luz says
Infinitas gracias por tu aportación tan generosa y tan sabía.
Sin duda ayudara a muchas personas porque sale del corazón.
Un fraternal abrazo,
Vega Del Fresno says
¡Muchas gracias, Maria Luz! Es todo un honor para mí leer tu comentario
Ana Martinez says
Resulta bastante dificil encontrar contenido tan bueno al tiempo que práctico. Mi más sincero agradecimiento por su aportación y su constancia.
Vega Del Fresno says
¡Muchas gracias, Ana! Resulta de lo más alentador tu comentario:-)