Tengas hijos o no, seguro te encantará lo que aquí te comento. Es tanto lo que he descubierto en relación a éste tema, que me encantará poder compartir contigo los recientes descubrimientos realizados en relación al maravilloso aroma de un bebé.
La semana pasada estuve viendo en Madrid a una amiga muy cercana que había tenido un niño. Me llamó tremendamente la atención la expresión de plenitud que desprendía su cara cuando lo tenía en sus brazos (no había dormido prácticamente nada en 2 días). Pero lo que más me llamó la atención fue cuando me dijo que «le emocionaba hasta su olor«.
Como todo lo que sea relacionado con el mundo de los aromas a mí me llama la atención, tan conmovida me quedé, que cuando llegué a casa me puse manos a la obra a investigar si lo que había percibido era producto de su sugestión, o era real…
Encontré muchos artículos que hablan al respecto, pero lo que me confirmó que no era sugestión suya, era un artículo de la Revista Time que comenta que investigadores de la Universidad de Montreal tomaron muestras del aroma de los pijamas de bebés recién nacidos dos días después de venir al mundo, y le pidieron a un grupo de 30 mujeres olerlos mientras se sometían a un escáner cerebral. La mitad de las mujeres habían dado a luz 3 o 6 semanas antes de éste experimento, y la otra mitad nunca habían sido madres.
Los 2 grupos de mujeres olieron los pijamas de manera similar, pero sus reacciones fueron claramente diferentes: En las mujeres que acababan de dar a luz se percibía una clara activación en el centro de recompensas del cerebro muy superior a la de las mujeres que nunca habían dado a luz. Este centro nos hace desear ciertos alimentos, siendo también donde radica la adicción al tabaco y a otras drogas. Los investigadores aclararon: “No todos los olores son capaces de activar éste circuito, sólo los alimentos o la satisfacción que produce un deseo lo pueden activar”
Según comentan también los investigadores, ésta parte del cerebro activa entre otras cosas la relación de bondad entre la madre y el hijo, siendo ésta ternura algo básico para la supervivencia del bebé.
Nadie conoce exactamente el por qué del aroma del bebé recién nacido del que se sabe que prácticamente desaparece éste aroma a las 6 semanas de vida permaneciendo un poco en el pelo. Pero lo que sí se sabe es, que en un estudio realizado en 1.984, dieron a oler varios bebés a distintas madres que habían dado recientemente a luz, y todas acertaron a ciegas cuál era su niño.
Te podría seguir contando muchos más experimentos relacionados con el tema, pero tampoco deseo abrumarte con cifras y estudios …
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Lo que sí me alegra afirmar es que, cuando tomamos un bebé en nuestras manos, aunque no seamos su madre biológica, sentimos que su maravilloso aroma nos transmite la frescura y la vida de una vida que acaba de comenzar, ¿verdad?
Fuentes de la información: Journal Frontiers of Psycology. Revista Time. The New York Times.
Fuentes de las imágenes: Nonabox.es Thinkbaby.co.uk
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